viernes, 10 de junio de 2011

mear

Tenéis que ir a mear.
Habéis bebido unas cervezas mientras charláis con unos amigos en un bar y tenéis la vejiga llena.
Os levantáis, vais al lavabo, hacéis la cola correspondiente y por fin estáis en vuestro cubículo.
En soledad y recogimiento y de repente tomáis una decisión.
Un más difícil todavía.
Un reto hacia vosotros mismos: queréis demostraros algo.

Y decidís cagar antes de mear.

1 comentario:

Canódromo Abandonado dijo...

El placer como necesidad diferida, tantrismo de váter.